¿Que fue antes el huevo o la gallina? La mayoría de la gente que corremos por la montaña venimos de hacer actividades de montaña…y simplemente corríamos por mantenernos en forma de cara a lo que nos gustaba, era un medio para conseguir un fin. Poco a poco esto fue cambiando, la carrera enganchando hasta cambiar las tornas. Actividades que antes realizábamos con pesadas mochilas y botas duras en fines de semana, ahora con un poco de criterio, se consiguen terminar en el día, con zapatillas y equipo light. Este tipo de actividades o retos personales requieren una preparación. Ahora es cuando hemos cambiado el fin por el medio.
En tiempos en los que no estamos preparando nada o de vez en cuando para desconectar, cambiar un poco la dinámica, es bueno compaginar con otras actividades. Caminar en la montaña, raquetas de nieve, bicicleta o esquí de travesía son deportes que sirven para no perder ese puntito de fondo físico. Que nos permitirán ganar fuerza y que al realizarlo en montaña entrenamos en altura y recargamos pilas.
Afirmación tan cierta como necesaria. Desde el primero hasta el último de nosotros, desde la gran figura hasta el más humilde principiante alguna vez deja las zapatillas aparcadas y utiliza otro método de entrenamiento.
En mi caso, corredor popular que solo lucha contra el mismo, sin más pretensión que terminar cada prueba en la que sale. Que aspira a que el lunes posterior a cada cita pueda moverse con dignidad en el trabajo, sin demasiadas agujetas. Que hace lo posible y lo imposible para estar lejos de las lesiones y seguir disfrutando cada día. Como la mayoría de corredores que conozco, independientemente de la distancia que corran, tenemos una temporada ininterrumpida en la que siempre estamos haciendo algo. Hay momentos en los que la actividad es más relajada pero en mi caso es más por cuestiones de la vida cotidiana o por la meteorología que por un plan de entrenos diseñado como tal.
Dentro del abanico de opciones que puedo tener para no estar todo el día corriendo me suelo decantar por el esquí de travesía siempre que tenga nieve o la bicicleta aunque de vez en cuando también salga a caminar por el monte o escalar un rato.
El esquí de travesía aporta fuerza, resistencia, al practicarlo en la montaña y en altura más beneficio aeróbico, se entrena también el descenso, la resistencia al frio y a las malas condiciones. Uno de los deportes más completos y con los que más disfruto.
La bicicleta se ha convertido en una pieza básica e indispensable para mí. La mitad de las salidas las realizo con ella, muchos de los entrenamientos “largos” y de los días de quitar carbonilla a la patata los hago con ella subiendo cuestas. Puedo hacer rutas de cinco horas y al día siguiente no tener molestias…incluso en las semanas donde se alinean los astros y saco tiempo puedo hacer dos o tres de estas salidas, cosa impensable corriendo. Pienso que en mi caso es el complemento perfecto para lo que busco.
Digamos que el unir todas estas variables no ha conseguido que salga del gran saco del montón pero sí que han hecho que sea más completo o más fuerte para afrontar con mejores garantías cada locura que me pasa por la cabeza. No lesionarme y tener muchas menos molestias que si corriera cada día.
Como en una buena dieta en la variedad está el punto. Combinar actividades, complementarnos hará que crezcamos como corredores.
A disfrutar!!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario