Para prevenir patologías tendinosas, la musculatura ha de estar en perfecto estado de flexibilidad y adaptada a la práctica deportiva. Hay que desarrollar estiramientos músculo tendinosos antes y después del ejercicio.
Además, se recomienda mantener un plan de trabajo muscular con especial atención a los ejercicios excéntricos, es decir, aquellos que conllevan sobreponerse a peso o a una bajada. Las tendinopatías son una dolencia muy habitual en las personas que practican deporte y que afectan a los tendones ya sea por un proceso inflamatorio (tendinitis), un proceso degenerativo (tendinosis) o una rotura parcial o total del tendón.
Los deportistas tienden a padecer problemas en aquellos tendones que están localizados en las partes corporales más utilizadas durante el desarrollo de la práctica deportiva. Por ejemplo, en los deportes de lanzamiento o en nadadores suele producirse tendinitis del manguito rotador del hombro, las epicondilitis (codo) suelen emerger en personas que hacen deportes de raqueta o Golf y las molestias o lesiones por deportes de salto y carrera suelen aparecer en el tendón tibial posterior y del Aquiles.
Siempre que no se trate de roturas, los tratamientos de patologías tendinosas deben de estar estructurados en dos vertientes: la terapia física y los factores externos, en muchos casos responsables de la aparición del problema.
La clave de la recuperación reside en disminuir el sobreuso mecánico para ayudar a reducir los síntomas y avanzar en la curación interna del tendón. En esta fase del tratamiento es fundamental realizar un estudio biomecánico del deportista y la revisión de sus entrenamientos, tanto en la carga como en la técnica, y del material utilizado para ello.
En los casos de dolor severo, los especialistas optan por inmovilizaciones nocturnas. Incluso, en algunos pacientes, se opta por inmovilizaciones intermitentes en función de la intensidad del dolor. El reposo absoluto a través de a inmovilizaciones con yesos u ortesis, no suele ser la norma general ya que puede provocar efectos adversos.
Por su parte, en la terapia física, las técnicas utilizadas deben ir encaminadas a eliminar tensiones sobre el tendón. Entre ellas destacan:
• Termoterapia
• Masoterapia: aplicación de masajes con fines terapéuticos
• Técnicas miofasciales: este tratamiento, enfocado para la recuperación de lesiones del aparato locomotor, consiste en un masaje sobre el tejido conjuntivo, que implica trabajar sobre el músculo y la fascia que la envuelve
• Balneoterapia
• Estiramientos musculares
• Osteopatía
A estas terapias se puede unir el uso de vendajes funcionales o neuromusculares para disminuir la tensión mecánica y la aplicación de técnicas para reducir el dolor o la utilización de productos coadyuvantes para la regeneración tendinosa como electroterapia analgésica, crioterapia, ultrasonido, láser, ondas de choque o electrolísis percutánea intratisular, que supone aplicar una corriente galvánica (tipo de corriente eléctrica) sobre el tejido lesionado. Esto produce una reacción química que “rompe” el tejido fibrótico degradado y favorece una respuesta inflamatoria adecuada para su regeneración.
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