viernes, 18 de octubre de 2013

“DE VUELTA A LA MANADA”

Y por fin, tras un largo y agónico tiempo lesionado, llegó la hora de volver al camino de los entrenos y carreras junto con el resto de los Bisontes del Cierzo.

Todo empezó allá por el mes de mayo. A la semana de participar en los 101km de Ronda, y reanudar los entrenamientos, empecé a sentir unas molestias en mi rodilla derecha. El dolor era tal, que no me dejaba acabar los entrenamientos que tenía programados de cara a uno de los grandes objetivos del año; participar formando equipo con los Bisontes en el I Campeonato Ultra Trail de Aragón.
                                         
Tras varias intentonas fallidas de retomar los entrenos, y con el consejo del resto de los  Bisontes, había llegado la hora de ser realista, tocaba parar, ver cual era mi lesión y lamentablemente no participar en tan deseada carrera.


Tras varias visitas al traumatólogo y diferentes pruebas se me diagnosticó una condropatía rotuliana o comúnmente conocido como “rodilla del corredor”.
Con la moral por los suelos, era consciente que el tratamiento iba a ser largo y que varias carreras programadas en mi calendario no podría disputarlas.

Tal y como dice el titulo, el objeto de esta historia es contaros mi vuelta a la manada y no la amargura de una lesión, pero sí que más adelante os contaré que clase de lesión he sufrido, a qué se debe y cómo he conseguido superarla con el fin de que aprendáis de mis experiencia.

    
Ahora toca lo bueno!!! Tras recibir el alta del fisioterapeuta para entrenar por montaña y empezar a acumular desnivel me propuse una ruta no muy exigente pero lo suficiente para ver qué tal respondía mi rodilla.
El pasado 12 de octubre, Día de la Hispanidad y Festividad del Pilar, amaneció un día perfecto para disfrutar de un buen entreno.
Me desplacé al municipio de Cadrete donde comenzaba la ruta que me había programado.
A los pocos metros de empezar a correr me encontré con la primera subida exigente, que, aunque no muy larga, sí que era bastante pronunciada. Es la conocida subida al histórico Castillo de Cadrete.

                                          
De ahí, tras disfrutar por un instante del paraje y recobrar el aliento, me dirigí a mi siguiente punto de paso. A los pocos metros de llanear pronto enlacé con una senda que con muy poco desnivel sí que tendía hacia arriba durante unos kilómetros.


Al fin la subida corona en el punto más alto de la ruta propuesta, Las Planas de María de Huerva. Aquí se conjuga una singular red de barrancos escarpados y una amplia superficie cubierta por el pinar, bosque natural instalado en ladera.


Un poco de agua y tras correr entre los molinos de viento toca bajar por una ladera bastante escarpada donde de verdad voy a poner a prueba mi rodilla.


La bajada es muy técnica, me siento torpe para afrontarla, supongo que es lo normal después de cinco meses en el dique seco. Decido no arriesgar mucho ya que caer y hacerme daño en mi primer día no entra en mis planes.
Aunque con algún traspié supero la parte más difícil del barranco y ya con algo más de confianza me lanzo por un sendero dirección María de Huerva.

Pero antes mi gran objetivo del día. Durante la bajada me encuentro con el gran tótem  de los Bisontes del Cierzo, emblema que nos representa.


Otro poco de agua y directo a María para después ir a Cadrete donde había dejado el coche.
Objetivo cumplido, por fin había conseguido disfrutar de un buen entreno y testear mi rodilla que tras casi una veintena de kms y unos pocos centenares de metros positivos las sensaciones fueron muy buenas sobre todo moralmente.


Tras un tiempo de tinieblas conseguí ver la luz, esto va dedicado a Bisonte Alfa que esta sufriendo una larga lesión. ÁNIMO CAMPEÓN!!!!!!!

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