Mis amigos los Bisontes del Cierzo me han pedido que durante todo el período que dure el RETO SOLIDARIO les vaya mandando impresiones, pensamientos al aire sobre la metafísica del correr por montaña.
Vaya marrón, ¿no?. Con la cantidad de arquitectos y escultores de la literatura deportiva que hay por ahí. Empecemos, pues.
Durante todo este año, los niños, jóvenes, adultos y mayores que se forman y trabajan en los distintos centros de la Fundación Gil Gayarre (www.gilgayarre.org) se van a convertir en mi razón de ser, en mi objetivo deportivo, porque todo este esfuerzo lo reduzco a una sola pregunta: “¿Qué es lo que me hace sentir bien?”, “¿Qué es lo que te hace sentir bien?”, ¿”Qué es lo que nos hace sentir bien?”
Creo que todo es mucho más básico y evidente de lo que en ocasiones enrevesamos.
Vamos corriendo por una senda y nos topamos con un cruce de caminos: uno lleno de zarzas y matorrales, otro más limpito, un hilillo de caminito con hierba baja, pero que puede transitarse, ¿por cual escogerías ir?
Tic-tac, tic-tac, tic-tac, tic-tac
Si eres de los que ha respondido “los matorrales” posiblemente acabes lleno de arañazos, con los pelos a lo afro, desesperado y algún que otro tomate en las mallas. El otro camino, el “evidente”, es más luminoso, abierto, es más seguro y evitará que quizás te pierdas.
Si podemos escoger, ¿escogeríamos el que nos facilite la existencia o el que nos la va a entramar?. No hay respuestas válidas: ambas son correctas. Dependiendo de lo que para cada uno tenga sentido en ese momento.
Para nosotros, para los Bisontes del Cierzo y para mí es fusionar deporte con solidaridad, de ahí el nacimiento y desarrollo de este proyecto que dará mucho que hablar durante este año 2014. Unas veces nos meteremos por matorrales, otras por caminos preclaros. Sin duda los beneficiaros de las arenas movedizas en las que nos metamos merecen y mucho la pena, y esto, esto es lo que nos hace sentir bien.
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